martes, 3 de mayo de 2011

semiótica

La semiótica se define como el estudio de los signos, su estructura y la relación entre el significante y el concepto de significado. Los alcances de la semiótica, de la misma manera que su relación con otras ciencias y ramas del conocimiento, son en extremo amplios.
Ferdinand de Saussure la concibió como «la ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social». Actualmente, no hay consenso, ni autor que se atribuya o tome la iniciativa de plasmarla en algún manual. Se propone que la semiótica sea el continente de todos los estudios derivados del análisis de los signos, sean estos lingüísticos (semántica) o semióticos (humanos y de la naturaleza). Existen varias clases de signos, como el signo lingüístico o el signo clínico, cuyas descripciones se pueden consultar en el artículo correspondiente, o a través de signo (desambiguación).

La Semiótica se define como la ciencia general de los signos. Pero cuando se habla de signos, se habla preferentemente de signos lingüísticos. Y cuando se habla de signos no lingüísticos, como las señales de tráfico, se sabe que el aprendizaje de esa clase de signos no es posible sin la participación de los signos lingüísticos. Por lo tanto, la Semiótica no es una ciencia distinta de la Lingüística. Si en el terreno de las definiciones generales la Semiótica se presenta como una ciencia carente de fundamentos propios, en el terreno de los conceptos la situación es aún peor. Todo el mundo admite que la palabra es un signo compuesto de dos partes. Los gramáticos medievales llamaron forma y concepto a esas dos partes. Saussure, por su parte, las llamó de varios modos: imagen acústica y concepto, significante y significado, y signo e idea. Hjelmslev las llamó expresión y contenido; John Lyon, forma y significado; Ogden y Richards, símbolo y referencia; Ullman, nombre y sentido,... Esta proliferación tan variada de términos para catalogar a las dos partes del signo pone de manifiesto que la Semiótica carece de una representación rigurosa y fiable de su objeto. Pero esta anarquía categorial no sólo alcanza a la representación de las dos partes del signo, sino también a la representación de sus relaciones mutuas. Se habla de asociación entre imagen acústica y concepto, del significante como expresión del significado, del pensamiento que se fija a una idea, del nombre que simboliza el sentido, del símbolo que se refiere al referente por medio del concepto. Es evidente que una ciencia no puede fundamentarse sobre representaciones tan confusas y conceptos carentes de definición rigurosa.

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